martes, 12 de febrero de 2013

Ha llegado el momento de dar un paso al frente.

Antonio Fco. Fernández Lima
Hasta aquí hemos llegado. No va a pasar ni un segundo más en el que me muestre impasible como el que oye llover ante la degradación y la miseria a la que están conduciendo a la inmensa mayoría de la ciudadanía de este país.

No puedo permanecer callado ante la sangría económica y social a la que se está sometiendo a las clases trabajadoras. Callar en estos momentos en los que seres humanos son víctimas mortales de la especulación económica y de los intereses de la banca, sería un acto rastrero que demostraría la mayor de las cobardías por mi parte. En los informativos, por llamarlos de alguna forma, nos cuentan el número de victimas por accidentes de tráfico durante el fin de semana. ¿Alguien se ha parado a contar cuantos seres humanos han fallecido a causa de los desahucios impuestos por unas leyes injustas?

Tengo 52 años, y no recuerdo haber vivido peor situación que la actual. En un principio, como tantos de nosotros, achacaba esta situación a la manida y consabida crisis económica. Crisis que ha creado el gran capital con la connivencia de los partidos políticos, instituciones públicas, judicatura y jefatura del estado y a la que como siempre los asalariados son los que tienen que hacer frente. Crisis que les sirve de excusa para desmontar y privatizar todos los servicios públicos. Sin embargo he llegado a una conclusión y no es otra que lo más preocupante de todo no es esta “crisis económica” sino la carcoma moral y ética del régimen que padecemos.

Este régimen, que en mi ingenuidad de adolescente de la transición creí modélico, no es otra cosa que la continuidad del franquismo (El mismo dictador dijo aquello de: Lo dejo todo atado y bien atado”). Y digo esto ante el convencimiento de que lo que estamos viviendo no es un sistema democrático. Algunos dirán que con el solo acto de ir a votar cada cuatro años unas listas elaboradas por y para los partidos de la alternancia, ya se da por satisfecho. A mí particularmente esa “democracia” no me vale.

Ha llegado el momento de dar un paso al frente y luchar por un sistema democrático en el que todos los ciudadanos sean realmente iguales ante la ley. Un sistema en el que los valores éticos y morales estén por encima de los intereses económicos y partidistas. Un sistema que genere la ilusión y la esperanza de crear algo juntos como pueblo. Este sistema no puede ser otro que la república. La misma república que en dos ocasiones anteriores generó la esperanza del pueblo, esperanza cercenada por golpistas militares que en ambos casos pusieron fin a ellas justo cuando empezaban a dar sus frutos.

Hoy muestro mi compromiso con la causa republicana y mi militancia en Izquierda Republicana. Partido que para mí encarna todos los ideales del republicanismo con los que me identifico y desde el cual afrontaré mi particular lucha por la España que merecemos. Una España republicana, federal y laica.

¡Salud y República!


Antonio Fco. Fernández Lima

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