domingo, 28 de abril de 2013

Manifestación 1º de Mayo



Desde Izquierda Republicana, animamos, un año más, a que los trabajadores salgan a la calle para luchar por los derechos que tan duramente se arrancaron a través de lucha de muchísimas personas a lo largo del tiempo y que ahora están siendo expoliados por los irresponsables políticos que están al frente del gobierno de Partido Popular, con el único propósito de beneficiar a los poderosos que dominan las finanzas y las empresas a nivel nacional e internacional, contando con la complicidad de los dirigentes de la Unión Europea.
Nada escapa a su voracidad: nuestra educación, nuestra sanidad, nuestros servicios sociales, nuestras pensiones, nuestro presente, nuestro futuro y el futuro de las generaciones venideras. No lo podemos tolerar. La lucha y la reivindicación permanente son nuestras armas y no podemos permitirnos el lujo de renunciar a ellas.

Nos están robando lo que es NUESTRO, de todos. Y es nuestro por derecho no por una concesión graciosa de los más poderosos. Que no se nos olvide. El 1 de mayo, todos a la calle para hacernos oír más fuerte que nunca. Lucha por tus derechosLucha por la República.

sábado, 20 de abril de 2013

Mis queridos maestros fascistas


No hace mucho me crucé en un supermercado con uno de mis queridos maestros fascistas. Le vi tan frágil, tan anciano, que no pude remediar que me asaltara un sentimiento de ternura hacia él. He de reconocerlo, le tenía cariño a aquel hombre. ¿Y porqué no he de decirlo? : Le amaba, así es, yo amaba a aquel maestro y a todos mis maestros fascistas, aunque fueran crueles, aunque fueran intolerantes conmigo. Recuerdo que mi agradecimiento hacia ellos era infinito. Muchos de los camaradas de aquel maestro fueron capaces incluso de dar sus vidas por una España limpia de rojos. “Los rojos” lo recuerdo muy bien, era una gente que en mi imaginario superaba a todos los monstruos que pudieran pulular en la trastienda de mi conciencia, de la conciencia de cualquier niño.

Pero como ya he dicho yo amaba a mis maestros fascistas, porque como cualquier niño necesitaba amar y admirar a mis mayores, y los amaba también porque según nos habían inculcado teníamos todos en la tierra un enemigo común, y ellos estaban allí para ayudarnos, para protegernos incluso con sus vidas. Los domingos, durante la misa rogábamos por ellos y dábamos las gracias a Dios por tenerlos, por apartarnos del diablo, por librarnos de las tentaciones de la carne, los amaba sí, porque consiguieron de mí un sentido de la obediencia inapelable, porque simplificaron para mi propia comodidad de niño la comprensión de la vida y sus misterios durante muchos años. Aquellos maestros fascistas me ayudaron a sentir un miedo tal a la libertad que evitó por mucho tiempo que experimentara el miedo que a la libertad tenemos todos los hombres, y me dotaron de un temor a Dios tan grande, que con sólo ese temor yo justificaba en mi tierno entendimiento todos los castigos que recibíamos a diario, todos los tirones de oreja, de patilla, los cogotazos inesperados, las bofetadas que íbamos debiéndole al maestro a lo largo de la mañana y que apuntábamos en nuestras libretas para recibirlas al final del día uno por uno como corderitos, todos en fila y en perfecto orden, siempre por nuestro bien claro, para que pudiésemos tener la leve esperanza de librarnos tras la muerte del castigo infinito del infierno.

Mis queridos maestros fascistas me enseñaron a leer, me protegieron de los malos libros que le llevan a uno por el camino de ateísmo, me hicieron sentirme orgulloso de mi patria, la patria vencedora del comunismo, de la masonería, aunque a decir verdad nunca supe bien lo que era aquello de la masonería hasta que me hice mayor, nunca supieron explicármelo con claridad, pero era patente que los masones debían ser terribles. Mis maestros fascistas, para mi tranquilidad, simplificaron con sus mitos las respuestas a las grandes preguntas que todos los niños llegan a hacerse en uno u otro momento.

Recuerdo que en mi catecismo había una imagen en la que se veía a un niño como yo, crucificado en una pared, aún vivo y sangrando. Unos hombres llenaban sus copas con la sangre de aquel niño agonizante y brindaban entre ellos con manifiesta alegría. Aquellos hombres, de tez oscura, mal encarados y de cuerpos deformes, a pesar de que se les veía felices, eran los judíos, los masones, los comunistas.

Cuando ya de mayor me di cuenta del engaño, de lo que hicieron conmigo mis queridos maestros fascistas, ya era tarde. El amor y la razón caminan muchas veces por espacios diferentes. Aún hay algo dentro de mí que se resiste a rechazarlos, pero ya, mucho más liberado que preso de la cárcel mental que intentaron tejer en mi alma, en nuestras almas de niño, puedo decir con toda franqueza que aunque mis sentimientos me lleven a la candidez de la infancia, mi razón me dice que son cómplices y responsables de una atrocidad de proporciones gigantesca, y que me siento abusado, decepcionado, manipulado y violado en lo más íntimo de mi ser por mis maestros fascistas, cómplices sin duda, si no protagonistas, de un genocidio que acabó con casi toda una generación de buenos españoles.

Al final habéis perdido la guerra. Gracias a vuestro mal ejemplo ahora puedo vivir sin vosotros, podemos vivir sin vosotros, sin dioses ni dogmas. Ya ha terminado vuestro engaño, muchas gracias por haberme enseñado a leer pero no habéis conseguido hacer bien vuestro trabajo, habéis fracasado, no los pudisteis matar a todos, ni evitar que leyera libros prohibidos, ni que a pesar de vuestros desvelos consiguiera por fin sentirme libre de vosotros, de vuestras ataduras mentales ya desde la adolescencia. No os deseo ningún mal, iros tranquilos a vuestro “Otro Mundo” de ángeles, de dioses y de demonios, dejad que reconstruyamos entre todos esta España que nos habéis dejado hecha pedazos, la España de las procesiones, de la incultura política y del futbol, de las corridas de toros, de los condes, de los duques, de los obispos, de los curas y de los marqueses, la España de las diferencias y del pelotazo, de la miseria moral, de la ineptitud. No dudéis ni por un momento de que vamos a darles a nuestros hijos y a nuestros nietos lo que nuestros padres y abuelos no pudieron darnos, porque los matasteis a casi todos.

Iros con Dios.

Salvador Crossa Ramírez.

domingo, 14 de abril de 2013

14 Abril, aniversario de la II República


Que nadie se llame aquí a engaño, que nadie piense que la República está bien muerta y enterrada, La II República Española también está aquí, entre nosotros, en nuestro corazones, y os aseguro que lo estará siempre. Hoy, 82 años después la memoria de la República permanece viva entre nosotros y nos hace herederos del honroso recuerdo de lo que fue una verdadera explosión de libertad, de alegría, de imaginación política y de justicia. Ningún pueblo y aún menos el nuestro, tan definido por su historia reciente podría olvidarse del soplo de esperanzas que significó para los españoles de entonces la proclamación de la II República Española aquel 14 de abril de 1931.

A quienes hace ya muchos años aceptaron la trágala de la transición, a los que miraron y aún miran para otro lado cuando gritamos ¡República!, a los que piensan que somos unos nostálgicos visionarios les diré que la II República fue, y no lo olvidaremos nunca, una República de todos y para todos los Españoles, y os diré también que todos los españoles fuimos, somos y seguimos siendo responsables del trágico destino del único régimen verdaderamente justo y democrático que hemos tenido en toda nuestra historia.

La II República fue de quienes la gobernaron, de quienes la entorpecieron en su camino de progreso, de quienes la defendieron incluso con su vida y de quienes la combatieron hasta vencerla. Por una vez, con la II República España fue de los españoles y no estamos dispuestos a permitir que se olvide. Nosotros, herederos de aquellos ciudadanos que nunca fueron vencidos del todo porque aun viven en nosotros las ideas que defendieron y las ideas no mueren, caminamos con decisión hacia una España de todos hacia la España satisfecha por fin, liberada de tensiones nacionalistas bajo el manto de la República, hacia la República federal, laica, participativa y social para afrontar el capitalismo salvaje, que legaliza la depredación, la oligarquía económica junto a la cual están arrodillados nuestros gobernantes para nuestra vergüenza.

Nosotros caminamos hacia una República para hombres, mujeres y niños que sea valiente a la hora de solucionar los grandes problemas que como la política educativa, la permisividad que damos a las religiones cuando manipulan a los niños, los servicios sociales hoy casi inexistentes y la represión de sustancias hoy prohibidas que mantienen las cárceles llenas, los bolsillos de los ciudadanos vacíos, las mentes simplificadas y acríticas, y un deterioro de la felicidad de quienes hasta ahora no hemos pasado de ser súbditos en una tierra de privilegios económicos, verdades papales, diferencias de clase, reyes, condes, duques, marqueses y cortesanos. Nosotros caminamos hacia una República abierta a todos, sin razas, ni clases sociales ni reyes ni curas ni militares salvapatrias.

Hoy, 82 años después, nuestros enemigos, los enemigos de la libertad republicana, que es libertad participativa y fraternal, están ocupando las poltronas del poder. Quienes bendicen la explotación del hombre por el hombre están en el poder, quienes obedecen como lacayos a las exigencias de recortes económicos están en el poder, quienes nos tildan de nostálgicos o de ilusos por pretender la igualdad entre personas están en el poder, quienes se benefician de la aristocracia corrupta están en el poder.

El mundo vive desde hace siglos colonizado por un gran imperio, el imperio económico que sólo teme a las armas nucleares, al terrorismo y no lo olvidemos a la opinión pública y a los medios de comunicación, nuestra autentica arma. Si la II República que hoy hemos honrado y recordado encarnaba valores tan progresistas para entonces, valores que ahora están asumidos por todos los partidos como la igualdad de la mujer, la III República luchará con razones y palabras para traer nuevos valores de progreso y nuevas libertades que hagan la vida de los hombres, las mujeres y los niños mucho más digna de ser vivida. Nuestro derecho es derecho a vivir, esto es: Aspiramos a ser felices no a sobrevivir.

Nuestra II República asombró al mundo por su osadía, por su apuesta radical en pro de las libertades. La II República se adelantó a la cultura del Mayo del 68 proclamando la imaginación al poder, la cultura libre, la alegría de vivir sin amos. Pues bien, compañeros, yo os propongo si me lo permitís lo siguiente:

Vamos a seguir reivindicando a partir de hoy y en adelante la III República desde nuestras posibilidades. No nos contentemos con desbancar a la monarquía que nos legó un criminal de guerra cuyo nombre no quiero pronunciar aquí. Aportemos a la República nuestro entusiasmo, nuestra convicción inamovible, nuestro modo de vida incluso, un modo de vida crítico, racional, alejado de las jerarquías impuestas, republicanos responsables y libres de lujos y ostentaciones.

Aquí nadie ha perdido las esperanzas, vamos a auto gestionarnos como ciudadanos de verdad, no como gente amorfa dirigida por iluminados, sean de derechas o de izquierdas, y lo vamos a ser sin miedo, dándole con nuestros actos cumplida respuesta a los escépticos y con nuestras leyes a los corruptos, a los traidores, a quienes traten de mantener los privilegios que nos empobrecen a todos. Si el euro no funciona más que como negocio a la Europa del norte, dejemos el euro y hagamos nuestra moneda mediterránea, seremos más pobres quizá, pero no míseros que es lo que ahora somos.

No nos olvidamos de quienes dieron su vida por la libertad de todos ni permitiremos que esos que miran para otro lado cuando gritamos República se olviden de que la izquierda tricolor está armada, bien armada sí, pero de razones y de palabras, las únicas armas que necesitamos para ganar, esas armas tan temidas, tan odiadas y tan degradadas ya desde las escuelas por el poder y sus discípulos.

Compañeros caídos por la República, allí donde estéis, junto a nosotros, paseando por estas calles, por todas las calles de todos los pueblos de España, en este día en el que os recordamos y agradecemos el esfuerzo y el sacrificio que disteis a la historia de las libertades en nuestra patria, os queremos decir que estamos aquí para traer la III República a España, por vosotros, por nosotros, por nuestros hijos y por las generaciones venideras.

¡Viva la República!



Salvador Crossa Ramírez

domingo, 7 de abril de 2013

La República, una realidad posible


La República ya no es una quimera, un sueño inalcanzable, el deseo romántico de cuatro locos idealistas, la República es una realidad posible, de nosotros depende, solo de nosotros.

Recuerdo desde mí ya más que lejana adolescencia como soñaba con la república de la mano de mi madre escuchando Radio España Independiente, como ya muerto el dictador, compre con ilusión aquella bandera de la república en los almacenes España de Valencia.   Por entonces veíamos la República como un sueño inalcanzable, como un deseo imposible de cumplir.  Pero aun así manteníamos el deseo el sueño vivo de ver ondear la bandera de la libertad en los balcones de todas las instituciones. 

El tiempo pasó, aquel supuesto golpe de Estado, dio lugar a un supuesto héroe, al cual se le atribuía  un supuesto valor, unas supuestas virtudes y un espíritu democrático que se está demostrando que estaba lejos de poseer. Pero que el servilismo bacinesco de partidos políticos y medios de manipulación masiva blindaban,  protegían  y evitaban de manera rastrera toda discrepancia en nombre de una supuesta democracia, una presunta Constitución, mil veces violada a capricho y que convertía a aquel presunto héroe del 23-F en un monarca intocable al estilo de las monarquías más reaccionarias del mundo musulmán o de Tailandia.

Las diversas capas de pintura que se le daba a esa presunta “ejemplar transición a la democracia” nos tenía callados, no era necesario ser un radical, ni mucho menos, quienes hablábamos de la necesidad o el deseo de ver un día una República, como forma lógica de gobierno, inmediatamente éramos tratados de extremistas, rencorosos, anti sistemas o nostálgicos de “guerras civiles”, de nada servía decir que sencillamente queríamos un sistema más democrático y lógico para España.

Al final nos resignamos, sabíamos que vivíamos en una presunta democracia, con una corrupción que impregnaba todo, con un bipartidismo tan corrupto como servil e inútil para avanzar hacia una democracia plena, un país donde todo era aparente y nada real, la España va bien, era un señuelo, iba bien para la especulación y latrocinio, para engordar cuentas en Suiza, para que políticos y Casa Real se fuesen enriqueciendo a costa de los ciudadanos.  La especulación y el modelo de crecimiento basado en el ladrillo nos hicieron creer que éramos un país avanzado, estábamos cayendo sin darnos cuenta en la trampa.  Pronto nos vimos pobres y desamparados.  En muy poco tiempo vimos como todo se paralizaba, se rompía el espejo y seis millones de españoles nos quedábamos sin trabajo.  A cuatrocientas mil familias los bancos con la complicidad de los dos principales partidos monárquicos robaban impunemente sus casas.  Vemos como a las víctimas de ese terrorismo financiero les llaman terroristas, como a esas mismas victimas les llaman radicales de izquierdas, acusándoles los enemigos de la democracia de violentos en nombre de esa supuesta y falsa democracia.

La mentira, la falsedad de este apéndice de la dictadura franquista ha quedado al descubierto, ya no somos cuatro soñadores quienes pensamos que nos han estafado, que no vivíamos en democracia, que todo era, es una patraña.  Que nos engañaron y nos robaron por encima de nuestras posibilidades y ahora con el dinero en Suiza pretenden que continuemos pagando con nuestra sangre todo el latrocinio a que nos han sometido. 

La caída de régimen monarco/franquista parece eminente, pero no debemos confiarnos, no se puede ni se debe vender la piel del oso, aunque este borracho de vodka, hasta haberlo cazado.  La abdicación del heredero de Franco, parece un hecho y la única salida para salvar tan anacrónica institución, pero todos sabemos lo fácil que resulta la manipulación masiva del pueblo, cambiar algo para que todo siga igual, el poder intentara que todo siga bajo su control, con abdicación o sin ella.  

El futuro será como los españoles queramos que sea, hasta ahora no ha sido así, solo en apariencia.  Depende de nosotros, de nuestra decisión y determinación para ser lo que queramos, por muy difícil que sea, no es cuestión de convencer a los convencidos de antemano, a mí nadie me tiene que convencer, ni a quienes llevan muchos años en la brecha. Es a aquellos que dándose cuenta de la corrupción del sistema deben dar pasos hacia adelante y no dejarse manipular por el carisma oportunista del momento, tirar por la borda los perjuicios insertados por los ideólogos del Régimen, medios de manipulación de masas controlados por los guardianes del calabozo, del cual debemos romper las rejas de una vez por todas. Para ello debemos ofrecer una alternativa seria y creíble, un frente popular, una unión popular, un foro cívico o una plataforma ciudadana, el nombre es lo de menos, lo importante es que sea de carácter amplio y heterogéneo, que sepa canalizar la indignación popular ante la inmensa corrupción e injusticia que lo impregna todo, de lo contrario, de nada servirá que nos aplasten las cabezas, que nos roben las casas, que se lleven lo que nos roban a Suiza…

La República ya no es una quimera, un sueño inalcanzable, el deseo romántico de cuatro locos idealistas, la República es una realidad posible, de nosotros depende, solo de nosotros.

¡¡¡PODEMOS!!!

Paco Arenas