domingo, 12 de mayo de 2013

Corramos el riesgo de ser demócratas

Leo unos comentarios que recuerdan las rampas con las que la monarquía franquista logró estafar a los ciudadanos presentándose, con la complicidad de sus valedores como lo que no era y nunca será capaz de ser: demócrata. Se falseó el debate, con habilidad de trileros,  por los albaceas del testamento de Franco: “todo está atado y bien atado”. El truco fue plantear la disyuntiva dictadura o monarquía, cuando la verdadera disyuntiva era dictadura o democracia.  
La primera estafa fue inducir que la monarquía era democrática. La mayoría de la población, harta de la dictadura, hubiera elegido cualquier cosa que pareciera distinta. Suárez había sido Ministro con Franco, pero lo que más le distanció de él fueron sus antiguos colegas mucho más a la derecha. Los 7 Magníficos, siete ministros de Franco: Fraga, Silva, Licinio de la Fuente y cuatro más que significaban la reacción más florida, fundaron AP de cuya esencia franquista nace el PP. Más a su derecha estaba Blas Piñar y la derecha cavernaria autora del 23-F, nunca condenada, hoy integrada en el PP, arrinconando a la derecha civilizada a un espacio residual.
La segunda fue prohibir que se presentaran partidos republicanos a las elecciones y que se asociara república y democracia en ninguna propaganda. Comunistas, socialistas y franquistas, con su rey a la cabeza - ésa es su democracia - se reunieron como pastores para matar a la oveja de la democracia. Lo decía Franco, la política hace muy extraños compañeros de cama.  La frase en su tenor estricto es otra: los corruptos se encaman juntos con facilidad y alborozo.
La tercera fue el engaño porque no se nos dejó elegir entre democracia y dictadura. Se vendió una Transición a la democracia que no existía. Sólo se hacía la Transición de la “democracia orgánica” de Franco a la “democracia franquista” de Juan Carlos I de Franco. Se nos hurtaba para toda la vida el derecho democrático a elegir al Jefe del Estado - es decir, se nos hurtaba la democracia - porque la opción era, Juan Carlos I de Franco y sus leyes franquistas, que había jurado que nos maltrataría con ellas, o con las nuevas leyes con las que no podríamos librarnos de él mediante una lección democrática hipotecando el futuro de nuestros hijos, como vemos.
Esos “padres de la patria” - ¡mal rayo los coma! - montaron el fraude sacando cada no su tajada porque ninguno quería la democracia porque la dictadura es más fácil la corrupción, como estamos viendo. La monarquía franquista se alumbró corrupta. Lo era en su concepción, cuando la creó Franco de la nada; terminó de serlo en su alumbramiento con estas parteras a su alrededor, que hicieron corrupta la CE78. Así han logrado la corrupción que ha generado.
El art. 1.2 dice: la soberanía reside en el pueblo de donde emanan todos los podres del Estado, pero el Título II crea un primer Jefe del Estado que emana del dedo del dictador y consagra que los siguientes emanarán de la vagina de la mujer del Jefe del Estado nombrado por el dictador y los que están por venir - aunque no es obligatorio - lo serán de la vagina de la mujer del hijo que herede al antidemócrata que nombró el dictador. Porque ésa es otra. El art 14 prohíbe la discriminación por razón de sexo. El heredero del rey que nombró el dictador lo es en virtud de una discriminación inventada por una constitución que prohíbe la discriminación. ¡Corrupción!
La cuarta es el procedimiento pare revocar la monarquía. Se hizo tan complejo que garantiza que nunca podrá hacerse. ¡Por eso lo primero que se necesita es una reforma constitucional! Salvo que queramos seguir cumpliendo la voluntad de Franco: “todo atado y bien atado”.
De la corrupción sólo nace la corrupción. La CE78 es corrupta en sus orígenes porque no es democrática. Cabe aceptar que en aquel momento, bajo la bota militar, se trataran carros y carretas. El anterior tránsito de la monarquía a la república fue pacífico y ejemplar. Tuvo también dos golpes de Estado, el de Sanjurjo, parecido a la operación Galaxia, y el del 18 de julio, parecido al del 23-F, sólo que éste no triunfó aunque también estaba detrás la derecha y la iglesia. Ha llegado el momento de la verdadera transición a la democracia. Todo el mundo reconoce que esto herederos del franquismo no tiene solución a los problemas que ellos crearon. Dicen que la alternativa de la República tampoco los resolvería y crearía inestabilidad.
Es la eterna mentira: asustar diciendo que la libertad es peligrosa. Lo que salió bien una vez puede salir dos. La opción actual es libertad frente a corrupción; república frente a la monarquía franquista. Corramos el riesgo, es mínimo, frente a la certeza corrupta y rampante.

Alfonso José Vicente Vázquez Vaamonde

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