sábado, 21 de diciembre de 2013

El Solsticio de Invierno

     El solsticio de invierno es el momento astronómico que marca el inicio del invierno en el hemisferio norte. Se conmemora desde el Neolítico. Ha dado lugar a diversas liturgias y ceremonias en función de cada cultura humana, pero todas tenían en común la vivencia interna de los ciclos de la Naturaleza. En nuestra cultura y nuestro tiempo asistimos a la superposición de festividades religiosas aún a costa de reinventar la Historia con tal de que encajen las fechas. Me gustaría recuperar y aplicar el espíritu original de la festividad y oponerlo al actual consumismo desaforado.
 
    
    La llegada del invierno suponía en la antigüedad el gran reto anual, más acentuado cuanto más septentrional fuera la ubicación, por lo que adquiere su máxima dimensión en la tradición celta. Se trataba de afrontar la época de escasez; no habría cosechas ni siquiera posibilidad de recolección de frutos silvestres; los desplazamientos se complicarían en extremo reduciendo la posibilidad de comercio, caza y pesca; incluso la manutención de los animales domésticos se convertiría en una carga que evitaban sacrificándolos y conservando su carne mediante el ahumado y la salazón, era prácticamente la última oportunidad de comer carne fresca hasta la llegada de la primavera.
 
    Las celebraciones han variado de unas épocas y culturas a otras, pero todas han mantenido elementos comunes. El respeto a la Madre Naturaleza a través del culto al Sol, a árboles sagrados, etc. La asunción de que las dificultades son parte de nuestra vida. La determinación de prepararse para los malos tiempos mediante el trabajo y la anticipación. Y, fundamentalmente, que la unión y la colaboración entre iguales nos preparan para vencer a la adversidad independientemente de lo dura y prolongada que se nos presente.
 
    Os invito a recuperar las tradiciones reales sobre las impuestas. Si se elegía como lugar de la celebración la casa de quien más ayuda necesitara (compensar malas cosechas, enfermedades animales, deterioro de graneros, etc.) ofreciéndole regalos y trabajo desinteresado, intentemos hacer lo mismo. La idea no es consumir por consumir a beneficio los grandes almacenes, la idea es conjurarnos ante la adversidad y gastar para compensar al más débil. Unidos/as somos más fuertes, los poderosos lo saben y tratan de evitarlo, ¿abrimos los ojos?
 
    Como republicano que soy, me temo que no hay solsticio que celebrar. Venimos de un otoño especialmente largo y duro, casi 80 años de oscuridad, mentira y miedo. Aún no nos hemos preparado para nuestro invierno, el que viviremos cuando definitivamente nos conjuremos para recuperar la soberanía ciudadana frente a la crueldad del capitalismo encarnada en la monarquía franquista nacionalcatólica. No se puede cosechar si antes no se ha sembrado y cuidado la cosecha, toca sembrar información y cuidarla para que germine en concienciación, sólo así podremos recolectar movilización ciudadana. Mientras, no podemos olvidarnos de quienes más sufren, debemos estar prestos para apoyarles y colaborar con ellos/as, pero no podemos sustituirles, sólo se puede luchar al lado de quien ha decidido luchar.
 
    Os felicito a todos/as el solsticio de invierno astronómico. Os deseo unión, hermandad y solidaridad.

    En cuanto al solsticio de invierno republicano, os emplazo a trabajar para que llegue. Ayer se nos escapó, mañana es tarde, ¡hoy es el día!
 
 
    Salud y República.
 
 
    Javier Sánchez-Mota.
    Ciudadano. Militante de Alternativa Republicana de Málaga.



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1 comentario :

  1. Hoy empieza a crecer el día.
    Crezcan con él nuestas ilusiones y se vean cumplidas en el 2014

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