martes, 5 de agosto de 2014

«Que mi nombre no se borre en la historia»

«Que mi nombre no se borre en la historia», así termina la última carta de Julia Conesa a su familia. Actualmente, el "gobierno" del PP, está intentando por todos los medios hacerlo, borrar su nombre y el de miles de víctimas más. Por suerte, somos muchos los que no olvidamos, los que no pretendemos reabrir ninguna herida porque ésta nunca ha sido cerrada. El 5 de agosto de 1939, trece rosas rojas, trece mujeres y niñas, fueron asesinadas por el régimen franquista en Madrid, además de 43 hombres. Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brisac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente, fueron hacinadas con miles de mujeres más en la moderna prisión de Las Ventas, que pretendía ser un centro pionero de reinserción con capacidad para 400 mujeres, antes del "levantamiento". Su "delito", pertenecer a las Juventudes Socialistas o relacionarse con "rojos".

Las trece rosas eran un grupo de jóvenes que sólo pretendían ayudar a sus compañeros y a los perseguidos por el nuevo Régimen. Éstas mujeres fueron víctimas de las delaciones, perseguidas, torturadas y fusiladas por pretender la legalidad, la libertad y la justicia. Es por ésto, que sus nombres no deben ser borrados de la historia como símbolos de la represión fascista que sufrió y sufre este país, como representación de tantas mujeres que fueron y son maltratadas y asesinadas por defender sus derechos y los de todos.

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